«Este libro es un laberinto. Acabas de entrar en él. Has cruzado el umbral de la puerta, ese límite calculado y tajante que divide al mundo entero solo en dos posiciones: dentro o fuera. Y tú ya estás dentro.»
Así comienza el libro de Jaime Buhigas, un libro atípico, lejano a las ideas preconcebidas que puedan hacerse sobre un libro dedicado a los laberintos.
Cuando vi este título, en la sección de la librería donde lo compré, mis previsiones oscilaron entre dos polos: libro de «nueva era», auto-ayuda o esoterismo por un lado, o libro-ladrillo de historiador sesudo, con su letanía de fechas, nombres y referencias. Tras ojearlo y leer el texto de la contraportada cambié de idea, y lo compré.