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(Del lat. naĭas, -ădis, y este del gr. ναιάς, -άδος).

 1. f. Mit. Cada una de las ninfas que residían en los ríos y en las fuentes.

2. f. Zool. Ninfa acuática de ciertos insectos.

Ayer estuve todo el día en un curso, a unos cuantos kilómetros de casa. Me traje apuntes, estrategias que practicar y la dirección de un blog personal.

Esta mañana he paseado, aunque me ha faltado tiempo, por el blog de poemas y fotografías. Así de simple y así de profundo.

Una de las fotos  estaba etiquetada como «rio Náyades» , una foto que me ha recordado mucho a una que hice el año pasado…

y automáticamente he buscado su localización con el navegador.

No encontrado ningún río llamado Náyades, nada.

Así que me he quedado leyendo el resto de la información, y la magia me ha capturado.

Las Náyades griegas eran (¿por qué en mitología se habla siempre en pasado?) las ninfas  que habitaban los ríos. Eran seres femeninos dotados de gran longevidad, pero mortales, y estaban vinculadas a la masa de agua donde vivían. Si ésta se secaba ellas morían.

Asociar una ninfa con una fuente particular fue conocido por toda Europa, incluso en lugares sin relación directa con Grecia, sobreviviendo en los pozos celtas del noroeste de Europa, que más tarde fueron dedicados a los santos, y en la Melusina medieval.

Todos los manantiales y fuentes célebres han tenido su náyade y su leyenda propia. Eran a menudo objeto de cultos locales, adoradas como esenciales para la fertilidad y la vida humana. Las jóvenes que alcanzaban la mayoría de edad dedicaban sus mechones infantiles a la náyade del manantial local. Y con frecuencia se les atribuía virtudes curativas, los enfermos bebían de sus aguas o se bañaban en ellas.

Todo esto me ha traido el maravilloso recuerdo de un cuento que leí en mi infancia y que todavía conservo en mi biblioteca «Ondina y el lago encantado» de La Motte-Fouqué.

Iba a terminar esta entrada con un fragmento de uno de los poemas que he descubierto esta mañana… pero no, prefiero dejar que la curiosidad os lleve, como el agua del río , hasta Siete Duendes, merece la pena.

http://sieteduendes.blogspot.com.es/