abacería.
(De abacero).
1. f. Puesto o tienda donde se venden al por menor aceite, vinagre, legumbres secas, bacalao, etc.
No recuerdo dónde encontré esta palabra, es casi seguro que estaba en alguno de los libros que he leído a finales de este verano; pero llamó mi atención y la busqué en la RAE. Con su significado llegaron recuerdos de hace muchos años…
Decir abacería para mí es decir «ultramarinos», que es como se llamaba la tienda a la que acompañaba a mi madre para comprar comestibles. Exactamente no es el mismo concepto, en los ultramarinos se vendía género traído «de la otra parte del mar», en especial de América y de Asia, algo muy valorado entonces y que ahora no llama la atención… ¡qué romántica era entonces la imagen del comercio!.
Recuerdo el ultramarinos de mi infancia, en una calle del casco viejo, a cincuenta pasos de mi portal. Es una imagen que todavía sigue nítida en mi memoria. La puerta siempre estaba abierta y ocupada por el inicio de una fila de sacos barrigones, que se perdían hacia el interior del local. Al otro lado brillaba el cristal del escaparate, enmarcado por la fachada de madera, siempre repleto de mercaderías. ¡Y el olor!, aquel olor mezclado de legumbres secas, bacalao, embutidos, quesos y sardinas colocadas en remolinos, dentro de barricas de madera…
Ya sé que me pierde la nostalgia, pero echo de menos aquellas tiendas. Por eso siempre que llego a una ciudad desconocida, tengo la esperanza de encontrar una abacería, para entrar con la excusa de comprar cualquier cosa, oler su aroma y sonreir.
Julia dijo:
Gracias por la palabra .No la conocía .
Es cierto que es una lástima que este tipo de comercios vayan desapareciendo .
Mi entusiasmo cuando voy a cualquier ciudad ,y mi familia lo sabe ,es visitar el mercado .Me da una gran idea de como se vive por cómo se come por el mercadeo de cada lugar .
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perejil2 dijo:
Estoy contigo, los mercados son lugares geniales, llenos de colores, olores, movimiento…
Gracias a ti por pasarte por aquí 😉
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Charlipap dijo:
Yo tampoco la conocía, Perejil, pero comparto contigo los recuerdos. Soy de los que empecé a hacer recados a mi madre de muy crío, y ahora sigo haciendo recados para mis hijos. Y, como dices, el olor de las tiendas no se olvida. La Emi, Santiago, José Luis, son nombres de los tenderos que tuve cerca de casa de mis padres. Y no puedo olvidar a la Señora Ángeles, la tendera del pueblo de mi madre, cuya tienda con la balanza de dos platos y pesas, la estantería a su espalda con las tabletas de chocolate Subiza y el enorme molinillo de café nunca se me olvidarán.
Hoy todo tiende a la comodidad, pero nos quedamos sin el calor.
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perejil2 dijo:
Tenemos los recuerdos, Charlipap, y además podemos compartirlos, lo cual es una suerte!!!
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perejil2 dijo:
He encontrado una Abaceria en Cabezón de la Sal. Nos sentamos en su terraza hace algo más de un año y Leticia, la encantadora mujer que la regenta, ya no nos olvidó… nos negamos a entrar a comer en el local pese a la fortisima tormenta del aquel día, y comimos parapetados bajo el toldo desde el que caian pequeños ríos de agua.
La vida ofrece encuentros muy especiales.
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